Estoy indefensa ante tus mordiscos,
Ante tus dientes sobre mi piel,
Ante tu aliento sobre mi oído.
Mis manos recorren tus espalda como una hoja agitada por el viento,
Y mi pecho retumba al sentir tus manos sobre mi pelo.
Mis sabanas añoran el calor de tu espalda,
Y mis ojos ver tu rostro.
La lluvia cae y aquí sigo, contigo abrazada.
Y aunque las noches de lluvia dejaron de ser frías a tu lado,
Echo de menos hasta la ultima gota de tu ser.
Me cuesta dormir sin tus caricias,
Y las noches se hacen largas sin tu presencia.
Tu aroma lo prefiero en mi cama que en la distancia.