martes, 25 de noviembre de 2014
XX
viernes, 14 de noviembre de 2014
Noviembre
Quiero que seas tú el que llame a mi puerta, que entres con
paso firme y que hagas que tiemble. Que
agarres mis manos y que sin habla sienta que me sostienes mientras caiga. Nada
que tu fragancia no pueda cambiar y que con un suspiro en el cuello no me
puedas dar. Una vez alguien me dijo que pasara de cambiar, que las personas son
como son y que yo podría llegar a comerme el mundo. Abrázame y hazme sentir que
soy capaz de volar. Siento que las hojas cantan al son de mis latidos y
mientras el viento roza mi pelo. Yo no necesito el cielo, chico, tú haces que
lo roce con solo posar tu mano en mi pecho. Que las sabanas sean el vestido
pálido que cae sobre mi cuerpo, que el calor queme nuestras indecisiones, y que
el sudor diluya los restos de nuestras lágrimas. Mis manos añoran el tacto de las tuyas y mis
oídos, escuchar tu nombre. Temo ese cosquilleo en la nariz, el frió que se
propaga en mi pulmón y el latido acelerándose.
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