domingo, 30 de agosto de 2015

Poder tenernos juntos


Poder juguetear con tu pelo mientras las cálidas sábanas son nuestro único escenario.
Poder cerrar los ojos mientras tú me sujetas y tan solo notar que estoy flotando.
Poder bailar juntos una melodía en plena calle aún teniendo cien ojos mirando.
Poder volver a aquella fuente donde el agua y la luz acompañaron a que tus labios rozaran a los míos. 
Poder enseñarte que vale la pena.
Poder trazar un dibujo con el dedo en tus arrugas.
Poder hacerte apreciar cada verso que te dedico.
Poder entregarte la pequeña astilla que se perdió en mi corazón después de ser herido.
Poder crear de un sueño una realidad.
Poder echarte de menos aún estando a mi lado.
Poder hacerte perder la cabeza tal y como debe ser enamorarse.
Poder ser capaz de ayudarte a desprenderte de aquel traje que te oprime el pecho.
Poder amar la luna llena y dejar que nos embauque con su luz. 
Poder hacer de la locura algo corriente.
Poder ser capaz de colarme en tus sueños.
Poder hacer que recuerdes aquel susurro mientras duermes.
Poder despertarme en mitad de la noche y seguir oliendo a ti.
Poder hacer que me entregues tu mano sin miedo a nada.
Poder ver esa sonrisa que me quita el sueño cada día.
Poder encontrarnos y perdernos.
Poder hacer que tus cicatrices dejen de doler.
Poder crear historias juntos.

sábado, 1 de agosto de 2015

Dos cuerpos





Bajo un mismo manto de luces parpadeantes se encuentran dos cuerpos semi fusionados. El seca sus húmedas lágrimas en aquellas noches oscuras donde le faltaba el pincel con el que contarle a la luna cuanto le encanta su dulzura. Ella baila alrededor de las sabanas pálidas en esa noche a oscuras y hace que sus ojos roten a los suyos como tierra gira alrededor de su sol. A escasos metros el deseo crece inminente. Solo con el canto del mar con la arena, ella puede ofrecerle su desnudez y ambos colisionan con timidez. Cuando el sol embauca cada centímetro de tierra, el besa con sus yemas las cuerdas de la guitarra y entona una perfección en forma de melodía que a ella la enamora. Con la caída de las noches él se percata que solo ella puede contonear esas curvas en cuerpo de niña que esconde un corazón de mujer y ella, se da cuenta que solo el consigue que se imaginen la luna juntos. El viento de poniente se agota y estos dos cuerpos se alejan. Un final para todo, un quizás como esperanza. Y es que estos dos cuerpos se volverán a encontrar solo cuando la luna este en su punto más alto.