Tú
que me embriagas de pasión,
Desnudas
mi mente.
Mis
manos rozando el cielo,
Estas
manos, amor, que me queman en el interior.
Tú
con huellas de carmín,
El
mismo que prometió hacerme feliz.
Muslos
contraídos y aliento entumecido,
Y el
final me quedo con los esquemas partidos.
Aun
no comprendo cómo manejas mi cuerpo rígido.
Tú
te adueñabas de todo mi sentido,
Pero
ahora me quiebran las balas que esquivo.
Tú
con tus ojos me haces volar,
Tú
con tus manos en mi espalda, sin parar.
Las
noches se hacen largas sin tu presencia,
Mi
mano es tu pecho, eso es ciencia.