Le encontraba en las caricias que me
hacían sus olas,
Me susurraba en el silencio de sus profundidades,
Se movía por las mareas que creaba el
viento.
Vivía con el alimento que yacía de
sus aguas.
Me sorprendía con los colores de sus
arenas,
Le dibujaba en las constelaciones que
brillaban sobre él,
Me ahogaba en sus tempestades
repentinas,
Le buscaba en el sol que se alzaba
después de bañarse.
Me enamoraba de sus amaneceres,
Le oía en sus cálidos vientos de
oriente,
Me hacía sentirme tan pequeña,
embaucada por sus fauces inundadas,
Me abrigaba con sus cielos
despejados.
Se vestía de blanco para mí, bajo la
radiante luz de la luna llena,
Y esta sirena terminó persiguiendo de
por vida a su marinero.
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