Una adicción benigna, que hace que
quiera compartir mi cacho de sábana fría, o que necesite que me abrigue en el
hueco vacío del colchón. Hay momentos que importan, que aportan. Y es que es esa suma de casualidades que hacen
que sonría sin ningún motivo aparente. Esa espera que aparenta ser larga,
merecerá la pena. Contaba las horas mordiéndome el labio mientras le escuchaba
al otro lado del teléfono y deseaba tenerle cerca y las veces que simplemente
quise disfrutar de un silencio abrazándonos. Llegará el día en el que él quede con mis huellas de carmín y hará que de tinta me manche las manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario