lunes, 16 de febrero de 2015

Carta para un amor dividido


Querido amor efímero, querida sonrisa mañanera, querido “Buenos días”, estas palabras serán los añicos que dejas bajo tu sombra en tu partida. Mis ojos añoran verte reflejado, el aire se me hace más denso y mi estómago se contrae con tu ausencia. La luna ilumina el mar mientras tú lo dejas frío y enero se me hace más gélido que de costumbre si tú no estás. Mi vida avanza con pies de plomo y tú te vas. Tú que con un suspiro me alegras, te marchas y las cicatrices de mi pecho crecen mientras vuelas. Esto es para ti amor, con ternura, odio o cariño. ¿De qué sirven las palabras cuando apenas pueden ser pronunciadas?, pero ciertamente son sufridas. Es invierno y tú te marchas, mis ojos se inundan y tú te alejas. Tú que palos de ciego das, no me encuentras entre las sombras. Aunque solo sea yo la que te ilumine el camino, la única que estará ahí para levantarte cuando caigas. Por y para siempre seré tuya.

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