Esperar,
esperar. Pero el cigarro se sigue consumiendo, la tinta en el tintero escasea
mientras el tiempo en tu espera incrementa. Las palabras se agarrotan, se
pelean por salir. Pasan los días y esa pasión que pareció mentira comienza a
ser el motivo de mi sonrisa. Esas estrellas que me llaman y dicen “¿Por qué?”
¿Por qué? Que se yo. Me equivoco, aspiro y lo repito. No termino, solo actúo y
luego escribo.
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