Mientras
a mí el sol me obsequia con un precioso amanecer dorado,
A
ti, la luna te regala un cielo oscuro y estrellado.
Cuando
la estrella que más brille cruce el cielo fugazmente, pide tu deseo más
preciado,
El
mío, se cumplirá cuando hayas regresado.
Un
café caliente con mi canción favorita observando el mar.
Pero
lo que más ansío es poder dejarme llevar,
Y
dejar estas cadenas que llevo encima que me impiden andar.
Aún
recuerdo la manera en la que me enseñaste a amar.
Solo
decirte que volvería a caer rendida ante tus ojos una y otra vez si pudiera.
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